Tras la vorágine literaria del pasado día 23, he podido rescatar al
menos un libro que, sin haberlo leído todavía, me atrevo a recomendar. Es La metamorfosis de la lectura de Román Gubern. Un análisis lúcido de la lectura, desde sus primeros rastros hasta el libro electrónico.
Porque el libro digital ha venido para quedarse. En un reciente estudio de Xplana se señala como los libros digitales ahora suponen menos del un 1% del mercado dentro de la enseñanza superior y el mundo profesional. Sin embargo, con un crecimiento del 100% en los próximos cinco años, en 2014 los libros digitales supondrán el 20% del mercado total. Así pues, es lógico pensar que los que vaticinaban que en un futuro no muy lejano los libros serán objetos arcaicos y artículos exclusivos de fetichistas melancólicos, no andan muy desencaminados.
Cada vez son más los nuevos soportes que admiten y desarrollan la literatura digital: e-books, i-books (los pensados para el recién estrenado iPad), la telefonía móvil, sobre todo, el iPhone (una editorial inglesa, Ether Books, ya ha presentado su proyecto de distribución de obras cortas en su aplicación de iPhone) y otras todavía inimaginables. Mirad las posibilidades, por ejemplo, de la edición especial de Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll para el iPad.
Todos estos cambios supondrán una revolución similar a la 
aparición de la imprenta de tipos móviles de Gutenberg en el s.XV. La lectura dejará de ser una lectura horizontal para convertirse en una experiencia tridimensional, envolvente, de imaginación y creatividad aumentada. El concepto de texto cambiará y no solo tendremos que analizar su coherencia o su cohesión sino también su hipertextualidad, su multilinealidad, su interactividad, su virtualidad,… La estética tenderá al párrafo corto, a la frase breve, a la expresión sencilla, a la economía narrativa,…
A pesar de todo a los bibliófilos todavía nos quedan las muchas ventajas funcionales del libro sobre sus competidores. Tal vez lo único que falte sea una buena campaña a lo Steve Jobs.
Y después de todo, quizás no hay por qué ser alarmista y puedan convivir ambos formatos. Pero, como señala Román Gubern en La metamorfosis de la lectura, en el imperio Romano, a finales del siglo I, el pergamino comenzó una lucha contra un nuevo soporte, el libro códice. Sólo pudo resistir cuatro siglos. ¿Cuánto aguantará el libro?
Fuentes y más información:
http://www.dreig.eu/caparazon/2010/04/20/futuro-libro/
http://leerestademoda.com/libros.html
http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/27008/Fragmento_de_La_metamorfosis_de_la_lectura
Trivium 2.0 